Los poetas de la generación del 27 también rinden homenaje al olivo, del cual Cervantes ya había dicho”: estos árboles tan frescos, tan copados, tan hermosos, que cuando nos muestran su fruto, verde, dorado y negro es una de las más agradables vistas que puedan gozarse”.Citaremos a los poetas de dicha generación: Lorca, Emilio Prados y Miguel Hernández.
Comenzamos por García Lorca, poeta conocedor de lo popular, andaluz de Granada. En sus canciones nos ofrece la ternura y la gracia lírica del juglar del mundo infantil. Lo primordial es el acento popular y la utilización del folklore. Recordemos algunas de sus estrofas:
Comenzamos por García Lorca, poeta conocedor de lo popular, andaluz de Granada. En sus canciones nos ofrece la ternura y la gracia lírica del juglar del mundo infantil. Lo primordial es el acento popular y la utilización del folklore. Recordemos algunas de sus estrofas:
El río Guadalquivir
Va entre naranjos y olivos.
Los dos ríos de Granada
Bajan de la nieve al trigo.
(Poemadel cante jondo, 1921)
Arbolé arbolé
Seco y verdé.
La niña de bello rostro
Está cogiendo aceituna.
El viento, galán de torres,
La prende por la cintura.
Córdoba.
Lejana y sola.
Jaca negra, luna grande,
Y aceitunas en mi alforja.
Aunque sepa los caminos
Yo nunca llegaré a Córdoba. ( Canción de jinete)
Emilio Prados, malagueño, fundador, junto a Manuel Altolaguirre, de la revista Litoral, nos sorprende con este breve pero intenso poema. Hay en sus primitivas canciones, un acento de humanidad y de dolor.
Calma
Cielo gris.
Suelo rojo.
De un olivo a otro
Vuela el tordo.
Ulises Tales
En la tarde hay un sapo
De ceniza y de oro.
Suelo gris.Cielo rojo...
Quedó la luna enredada
En el olivar.
Quedó la luna olvidada.
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