domingo, 29 de noviembre de 2009
No, no se trata de volar en avión
Se trata de un libro de Erica Jong.
Lo leí en mi juventud, cuando sabía muy poco sobre los hombres y sobre todo de sexo y aún vivía con mis padres.
Erica Jong, americana nacida en Nueva York, en la década de los 40, escribió Miedo a volar, y el libro se convirtió en un best-seller, vendió 12 millones de ejemplares.
En él quedan patentes las dudas de la mujer de su generación, las de los sesenta, en lo referente al descubrimiento del sexo, y la desmitificación de lo que se escuchaba y escribía sobre el orgasmo. Ella se da cuenta de que no siente ese éxtasis, que el orgasmo no es la cima del placer, como dicen otros autores. Así que comienza a quitarse los miedos que la tienen atrapada y decide buscar las verdades por propia experiencia. Rompe con su pareja, abandona la ciudad y se marcha sola en su coche hacia un viaje donde va a tener dificultades que ha de ir superando. Muchas de sus “aventuras” ahora me resultan algo ingenuas, pero entonces me parecían de una mujer valiente, y me recordaban algunas cosas que a mí me estaban pasando. Me sentí muy cómplice con ella. Recuerdo una anécdota de la novela cuando le viene la regla en una reunión importante, no tiene compresas y la hemorragia es grande, siente como la sangre baja por sus piernas… en ese momento reniega de ser mujer y se enfurece por su condición de tal. Recuerdo otras historias de la novela cuando conoce a hombres con los que se enrolla y en los que confía, pero después la dejan tirada, sus problemas con las averías del coche o el precio por el hecho de ser mujer…
Puede que a algunos les parezca trivial esta novela, pero Erica tuvo valor en su época de contar su vida con humor, ironía, incluso se atrevió a burlarse de sí misma. Poco a poco entre sollozos, malos tragos, pero también encuentros afortunados, consigue superar sus inseguridades y se transforma en otra mujer más madura e independiente.
Ya en su madurez publicó "Miedo a los 50", que yo no he leido.
El título “Miedo a volar” forma parte de uno de mis poemas y de un cuadro collage que hice en colaboración con mi amiga Norma de Escocia. Además inspiró a mi marido una obra mural en técnica mixta titulada así.
No sé si este best seller gustaría a las jóvenes de hoy porque tienen más libertades, y el sexo no es tabú, pero la lucha por la independencia para ser tú misma, es igual para todos, y mucha gente sigue teniendo miedo de estar sola y se pone mil escusas para convencerse o convencer a los demás.
“Miedo a volar” se ha vuelto a editar recintemente y lo sigo recomendando a las jóvenes y a las que no lo son tanto.
No sé porqué el nombre de Erica lo asocio con volar.
Lo leí en mi juventud, cuando sabía muy poco sobre los hombres y sobre todo de sexo y aún vivía con mis padres.
Erica Jong, americana nacida en Nueva York, en la década de los 40, escribió Miedo a volar, y el libro se convirtió en un best-seller, vendió 12 millones de ejemplares.
En él quedan patentes las dudas de la mujer de su generación, las de los sesenta, en lo referente al descubrimiento del sexo, y la desmitificación de lo que se escuchaba y escribía sobre el orgasmo. Ella se da cuenta de que no siente ese éxtasis, que el orgasmo no es la cima del placer, como dicen otros autores. Así que comienza a quitarse los miedos que la tienen atrapada y decide buscar las verdades por propia experiencia. Rompe con su pareja, abandona la ciudad y se marcha sola en su coche hacia un viaje donde va a tener dificultades que ha de ir superando. Muchas de sus “aventuras” ahora me resultan algo ingenuas, pero entonces me parecían de una mujer valiente, y me recordaban algunas cosas que a mí me estaban pasando. Me sentí muy cómplice con ella. Recuerdo una anécdota de la novela cuando le viene la regla en una reunión importante, no tiene compresas y la hemorragia es grande, siente como la sangre baja por sus piernas… en ese momento reniega de ser mujer y se enfurece por su condición de tal. Recuerdo otras historias de la novela cuando conoce a hombres con los que se enrolla y en los que confía, pero después la dejan tirada, sus problemas con las averías del coche o el precio por el hecho de ser mujer…
Puede que a algunos les parezca trivial esta novela, pero Erica tuvo valor en su época de contar su vida con humor, ironía, incluso se atrevió a burlarse de sí misma. Poco a poco entre sollozos, malos tragos, pero también encuentros afortunados, consigue superar sus inseguridades y se transforma en otra mujer más madura e independiente.
Ya en su madurez publicó "Miedo a los 50", que yo no he leido.
El título “Miedo a volar” forma parte de uno de mis poemas y de un cuadro collage que hice en colaboración con mi amiga Norma de Escocia. Además inspiró a mi marido una obra mural en técnica mixta titulada así.
No sé si este best seller gustaría a las jóvenes de hoy porque tienen más libertades, y el sexo no es tabú, pero la lucha por la independencia para ser tú misma, es igual para todos, y mucha gente sigue teniendo miedo de estar sola y se pone mil escusas para convencerse o convencer a los demás.
“Miedo a volar” se ha vuelto a editar recintemente y lo sigo recomendando a las jóvenes y a las que no lo son tanto.
No sé porqué el nombre de Erica lo asocio con volar.
martes, 24 de noviembre de 2009
"Atmósferas" 100 relatos para el mundo
El viernes 27 de noviembre a las 20.00 horas será la presentación del libro Atmósferas en la Biblioteca de Arroyo de la Miel.
En el libro han colaborado, desinteresadamente, 100 autores con sus relatos. Algunos de estos autores residen en Arroyo de la Miel.
La venta del libro, del que ya se han publicado cuatro ediciones, se destinará a beneficio de la Asociación Vicente Ferrer.
Os esperamos
miércoles, 11 de noviembre de 2009
Opiniones literarias
Málaga literaria
| miércoles 11 de noviembre de 2009 |
| Los valles olvidados es una novela de Lola Buendía,
amiga y compañera de Calle del Agua en su primera andadura, que obtuvo el accésit en el XVIII Premio Anual de Literatura
para Escritores Noveles 2008
convocado por la Diputación de Jaén.
Lola Buendía cuenta en su historial con
numerosos relatos premiados en diferentes concursos,
como el Certamen Facultad de Jaén, el de Mujer de Benalmádena,
el de la Fundación de Derechos Civiles y
el Vigía de la Costa de Benalmádena. En su etapa de colaboradora con la revista Calle del Agua cuenta con varios trabajos de especial interés:
El fatal claro-oscuro del amor en la letra flamenca,
El olivo y los poetas,
Genalguacil, jardín del visir,
Gaucín y los viajeros románticos, Una viajera romántica en la Málaga del S. XXI y
una entrevista a la bailaora Pilar Becerra. Dipujaén: http://www.dipujaen.es/_area-de-actualidad/detalles.html?uid=52f3da31-be1f-11de-b56d-79fb06ed8546 La noticia en "El Ideal", de Jaén: http://www.ideal.es/jaen/20091021/cultura/lola-buendia-presenta-tierra-20091021.html En Baeza Foros: http://www.baezaforos.com/portal/index.php/informacion-cultural-de-la-provincia-de-jaen/3825-lola-buendia-parte-de-sus-experiencias-docentes-para-escribir-los-valles-olvidados-que-se-presento-ayer-en-jaen Y en "Diario de Jaén": http://www.diariojaen.es/index.php/menucultura/71-notculturales/12350-dolores-buendia-presenta-su-novela
|
domingo, 8 de noviembre de 2009
Presentación de Los valles olvidados
Ayer fue un día precioso para mi en Jaén. Se presentó mi libro en la sala de cultura de Diputación.
Acudieron muchos amigos, compañeros de trabajo y algunos con los que he compartido "viaje" en los valles olvidados, mis hermanos y la familia que aún me queda en Jaén, Felisa que hizo el gran esfuerzo de venir desde Alcaudete, Elisa desde Granada...
Mis paisanos se portaron muy bien, la Administración, también. Como dice Ramón en el prólogo del libro "fui profeta en mi tierra". El coloquio fue cálido y entrañable.
Yo, aún en una nube.
Os copio enlaces para saber más sobre el acto
Dipujaén:
http://www.dipujaen.es/_area-de-actualidad/detalles.html?uid=52f3da31-be1f-11de-b56d-79fb06ed8546
La noticia en "El Ideal", de Jaén:
http://www.ideal.es/jaen/20091021/cultura/lola-buendia-presenta-tierra-20091021.html
En Baeza Foros:
http://www.baezaforos.com/portal/index.php/informacion-cultural-de-la-provincia-de-jaen/3825-lola-buendia-parte-de-sus-experiencias-docentes-para-escribir-los-valles-olvidados-que-se-presento-ayer-en-jaen
Y en "Diario de Jaén": http://www.diariojaen.es/index.php/menucultura/71-notculturales/12350-dolores-buendia-presenta-su-novela
sábado, 7 de noviembre de 2009
La vida de Manuela
La vida de Manuela se deslizaba sobre una senda trillada por varias generaciones de mujeres; con pocas bifurcaciones y muchos importantes dilemas para dejar atrás el lastre de su herencia.
Era hija única entre varones, en años de posguerra en los que las mujeres fueron sacrificadas al servicio de los hombres. Manuela aprendió a coser, bordar, cocinar… a regañadientes. Presentía que nunca haría uso de aquellas habilidades femeninas, en contra de lo que pensaba su madre y las vecinas y amigas. ”Lo que importa es encontrar un buen marido”, insistían.
Un día se encontró en la calle a una antigua amiga del colegio que trabajaba de maestra. Ella le habló de independencia, de viajes, de amigos… En definitiva, de toma de decisiones y determinación.
A Manuela le pareció que sus manos ya habían contribuido bastante a la tribu, y que era el momento de ocuparse del cerebro en el desarrollo personal. Por fin se abría una bifurcación en el insulso camino de su adolescencia. Y se hizo maestra.
Cuando ese camino llegó al final, saltó hacia otras latitudes donde circulaban los vientos de la modernidad y se encontró con hermanos y hermanas que no eran de sangre pero sí de mente.
Manuela aprendió a decidir quiénes serían sus amigos, que una mujer tenía el derecho a satisfacer su goce sexual, a manejarse sola sin la tutela del varón, a perder el miedo a tomar decisiones… Y la senda de su vida se convirtió en ancha, verde, de paisaje siempre cambiante y misterioso.
Aunque en su camino había luces y sombras, nunca le impidieron ver el bosque; pero a veces lamenta haberse acomodado demasiado y estar inmersa en la autocomplacencia.
Manuela se está haciendo vieja y sueña con aquella otra Manuela en cuya vida hubo un tiempo de pureza y de virginidad para contemplar el mundo. Como sus fuerzas la están abandonando, ahora encuentra en los libros las rutas trazadas y vividas por los que la precedieron..., así que puede viajar del presente al pasado…; y en seguida ya es futuro… y sueña con todas las manuelas que ha sido: irrepetibles y únicas, y se gusta también ahora y por eso os lo está diciendo para que os améis, mujeres, más allá de modas y artificios, más allá de calendarios y carnés de identidad.
¿Os animáis a buscar a Manuela?
Este relato no llegó a ser finalista en el certamen Radio Almenara
Era hija única entre varones, en años de posguerra en los que las mujeres fueron sacrificadas al servicio de los hombres. Manuela aprendió a coser, bordar, cocinar… a regañadientes. Presentía que nunca haría uso de aquellas habilidades femeninas, en contra de lo que pensaba su madre y las vecinas y amigas. ”Lo que importa es encontrar un buen marido”, insistían.
Un día se encontró en la calle a una antigua amiga del colegio que trabajaba de maestra. Ella le habló de independencia, de viajes, de amigos… En definitiva, de toma de decisiones y determinación.
A Manuela le pareció que sus manos ya habían contribuido bastante a la tribu, y que era el momento de ocuparse del cerebro en el desarrollo personal. Por fin se abría una bifurcación en el insulso camino de su adolescencia. Y se hizo maestra.
Cuando ese camino llegó al final, saltó hacia otras latitudes donde circulaban los vientos de la modernidad y se encontró con hermanos y hermanas que no eran de sangre pero sí de mente.
Manuela aprendió a decidir quiénes serían sus amigos, que una mujer tenía el derecho a satisfacer su goce sexual, a manejarse sola sin la tutela del varón, a perder el miedo a tomar decisiones… Y la senda de su vida se convirtió en ancha, verde, de paisaje siempre cambiante y misterioso.
Aunque en su camino había luces y sombras, nunca le impidieron ver el bosque; pero a veces lamenta haberse acomodado demasiado y estar inmersa en la autocomplacencia.
Manuela se está haciendo vieja y sueña con aquella otra Manuela en cuya vida hubo un tiempo de pureza y de virginidad para contemplar el mundo. Como sus fuerzas la están abandonando, ahora encuentra en los libros las rutas trazadas y vividas por los que la precedieron..., así que puede viajar del presente al pasado…; y en seguida ya es futuro… y sueña con todas las manuelas que ha sido: irrepetibles y únicas, y se gusta también ahora y por eso os lo está diciendo para que os améis, mujeres, más allá de modas y artificios, más allá de calendarios y carnés de identidad.
¿Os animáis a buscar a Manuela?
Este relato no llegó a ser finalista en el certamen Radio Almenara
jueves, 5 de noviembre de 2009
Un amor embriagador
Querido amor mío:
Me veo obligado a dejarte. Ya no puedo soportar tus infidelidades. ¡Eres una vulgar ramera!
Yo te quería, es más, aún te quiero; pero te quería solo para mí, llegar el primero hasta tu boca sintiendo el primer sorbo de tu fragancia y apurar hasta la última gota del embriagador jugo de tu cuerpo. ¡Cómo ansiaba el fin de semana! Deseaba ver tu esbelto cuerpo de piel nacarada, tenerte en mis manos, y tocar tu piel suave casi transparente, palpar tus curvas sensuales hasta llegar al cuello, posar mis labios sobre tu boca y recibir el néctar que me embriagaba y enajenaba. Si me gustas por fuera, aún me gustan más tus adentros, te parieron para darme alegría y arrojo. Cuando te conocí lograste que me olvidara de la rutina de mi vida.
Aún recuerdo el primer encuentro. Yo era aún muy joven cuando nos presentaron. Al principio no me gustaste demasiado; eras fría, callada y algo desagradable, pero las alabanzas de mis amigos me incitaron a conocerte mejor.
Poco a poco esperaba con anhelo el día en que nos volvíamos a encontrar en el puerto. Al principio te compartía con mis colegas, era muy excitante. Después te amaba en solitario. Iba a buscarte al salir del trabajo para ir a la cita del viernes. Me gustaba verte con tu vestido nuevo, cada día de un color: opalino, rosado, rojizo, blanco…, yo te ceñía la cintura y te aplastaba contra mi pecho. Te hiciste cada vez más necesaria en mi vida, me acostumbré a ti y me molestaba compartirte con otros. No podía soportar ver cómo te manoseaban mis groseros e infieles amigos, como babeaban sobre tu boca y te ensuciaban el vestido, para luego dejarte exhausta y abandonada en cualquier rincón del sucio suelo y correr a otra boca en las que satisfacer su grosera sed de vicio.
No sé cómo decirte que se acabó nuestro amor, porque creo que te gustaba el mimo con los que iniciábamos nuestra relación, la delicadeza con que te despojaba de tus vestidos, el calor de mis labios que arrancaban el frío de los tuyos, la forma en que te acariciaban mis manos…Quizás sufras con mi abandono pero las autoridades municipales han facilitado mi decisión: hoy, por decreto, será el ultimo día del botellón. Ya no habrá más reuniones en el puerto. A partir de ahora seguiremos nuestro camino en solitario.
¡Que tengas suerte, mi infiel y amada botella!
Yo te quería, es más, aún te quiero; pero te quería solo para mí, llegar el primero hasta tu boca sintiendo el primer sorbo de tu fragancia y apurar hasta la última gota del embriagador jugo de tu cuerpo. ¡Cómo ansiaba el fin de semana! Deseaba ver tu esbelto cuerpo de piel nacarada, tenerte en mis manos, y tocar tu piel suave casi transparente, palpar tus curvas sensuales hasta llegar al cuello, posar mis labios sobre tu boca y recibir el néctar que me embriagaba y enajenaba. Si me gustas por fuera, aún me gustan más tus adentros, te parieron para darme alegría y arrojo. Cuando te conocí lograste que me olvidara de la rutina de mi vida.
Aún recuerdo el primer encuentro. Yo era aún muy joven cuando nos presentaron. Al principio no me gustaste demasiado; eras fría, callada y algo desagradable, pero las alabanzas de mis amigos me incitaron a conocerte mejor.
Poco a poco esperaba con anhelo el día en que nos volvíamos a encontrar en el puerto. Al principio te compartía con mis colegas, era muy excitante. Después te amaba en solitario. Iba a buscarte al salir del trabajo para ir a la cita del viernes. Me gustaba verte con tu vestido nuevo, cada día de un color: opalino, rosado, rojizo, blanco…, yo te ceñía la cintura y te aplastaba contra mi pecho. Te hiciste cada vez más necesaria en mi vida, me acostumbré a ti y me molestaba compartirte con otros. No podía soportar ver cómo te manoseaban mis groseros e infieles amigos, como babeaban sobre tu boca y te ensuciaban el vestido, para luego dejarte exhausta y abandonada en cualquier rincón del sucio suelo y correr a otra boca en las que satisfacer su grosera sed de vicio.
No sé cómo decirte que se acabó nuestro amor, porque creo que te gustaba el mimo con los que iniciábamos nuestra relación, la delicadeza con que te despojaba de tus vestidos, el calor de mis labios que arrancaban el frío de los tuyos, la forma en que te acariciaban mis manos…Quizás sufras con mi abandono pero las autoridades municipales han facilitado mi decisión: hoy, por decreto, será el ultimo día del botellón. Ya no habrá más reuniones en el puerto. A partir de ahora seguiremos nuestro camino en solitario.
¡Que tengas suerte, mi infiel y amada botella!
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