miércoles, 30 de enero de 2008

Exposición inquietante de Francis Bacon




Hasta Abril, podremos contemplar los más de 70 cuadros del artista irlandés en el Museo de El Prado, y muchas de las fotografías del propio autor, más las que recopiló a lo largo de su vida.
Tuve el placer de visitarla el mismo día de su inauguración, el 3 de febrero, un día que por fortuna el museo estaba casi vacío. Contemplar desde lejos los grandes tripticos del autor"maldito"es un privilegio, sin nadie que interfiera en tu visión.
Nació en Irlanda en 1909.
Sus pintores favoritos fueron Renbrand, Vangogh y Velázquez. Viajó a Roma para contemplar una y otra vez el cuadro de Inocencio X, del pintor sevillano, y realizar, posteriormente, sus variaciones.
La exposición es hermosa e inquietante, a veces se te encoge el ánimo. Bacon tenía una visión del ser humano muy pesimista y de una cruda realidad; con frecuencia representa a los hombres encerrados en cubículos, rejas, con las bocas desgarradas por el grito o la naúsea "La boca es el orificio que enlaza con el interior del cuerpo; una abertura profundamente sexual,ese terreno ambiguo poblado de amenazas".. Su obra me parece tan triste como su vida: su homosexualidad, no comprendida por su padre, le llevó a huir de su casa muy joven. Tuvo varios amantes con los que llevó unas relaciones desgraciadas. Era ateo y mantuvo una tremenda lucha con la sociedad cristiana donde le tocó vivir. Le cogió de lleno la Segunda Guerra Mundial, y en algunos de sus cuadros se reflejan los horrores del nazismo.
Bacon basa pues su producción artística en la obsesiva representación del cuerpo del hombre como animalidad.

Según opiniones de Adolfo Vásquez Rocca,de la Universidad Complutense:

"... Bacon va a representar icónicamente el cuerpo como un objeto mutilado que regresa a la animalidad, que se encierra y enfrenta a sí mismo desbordando los estereotipados discursos de la masculinidad y la construcción cultural de los géneros, que, obsesionado por su proximidad a la muerte y su semejanza al cadáver llega a disolverse y a desaparecer.

"...Observar a los animales, generalmente en reportajes fotográficos, le sirvió a Bacon de entrenamiento para develar y expresar de forma más precisa el instinto humano. Bacon sólo quería captar ese instinto, el hombre despojado de su humanidad, el hombre como animal. El resto era "una glosa a la civilización, encubridora de la maraña de furia y del bramido de miedo que se escondían en grandes cantidades en seres humanos".

"...El pintor dice: "la mayor parte de un cuadro siempre es convención, apariencia y eso es lo que intento eliminar de mis cuadros. Busco lo esencial, que la pintura asuma de la manera más directa posible la identidad material de aquello que representa. Mi manera de deformar imágenes me acerca mucho más al ser humano que si me sentara e hiciera su retrato, me enfrenta al hecho actual de ser un ser humano, consigo una mayor cercanía mientras más me alejo".

Murió en Madrid en 1992.

Podréis ampliar su biografía en las diversas páginas que, con motivo de esta exposición, encontraréis en Internet.