sábado, 7 de noviembre de 2009

La vida de Manuela



La vida de Manuela se deslizaba sobre una senda trillada por varias generaciones de mujeres; con pocas bifurcaciones y muchos importantes dilemas para dejar atrás el lastre de su herencia.

Era hija única entre varones, en años de posguerra en los que las mujeres fueron sacrificadas al servicio de los hombres. Manuela aprendió a coser, bordar, cocinar… a regañadientes. Presentía que nunca haría uso de aquellas habilidades femeninas, en contra de lo que pensaba su madre y las vecinas y amigas. ”Lo que importa es encontrar un buen marido”, insistían.

Un día se encontró en la calle a una antigua amiga del colegio que trabajaba de maestra. Ella le habló de independencia, de viajes, de amigos… En definitiva, de toma de decisiones y determinación.
A Manuela le pareció que sus manos ya habían contribuido bastante a la tribu, y que era el momento de ocuparse del cerebro en el desarrollo personal. Por fin se abría una bifurcación en el insulso camino de su adolescencia. Y se hizo maestra.
Cuando ese camino llegó al final, saltó hacia otras latitudes donde circulaban los vientos de la modernidad y se encontró con hermanos y hermanas que no eran de sangre pero sí de mente.
Manuela aprendió a decidir quiénes serían sus amigos, que una mujer tenía el derecho a satisfacer su goce sexual, a manejarse sola sin la tutela del varón, a perder el miedo a tomar decisiones… Y la senda de su vida se convirtió en ancha, verde, de paisaje siempre cambiante y misterioso.
Aunque en su camino había luces y sombras, nunca le impidieron ver el bosque; pero a veces lamenta haberse acomodado demasiado y estar inmersa en la autocomplacencia.

Manuela se está haciendo vieja y sueña con aquella otra Manuela en cuya vida hubo un tiempo de pureza y de virginidad para contemplar el mundo. Como sus fuerzas la están abandonando, ahora encuentra en los libros las rutas trazadas y vividas por los que la precedieron..., así que puede viajar del presente al pasado…; y en seguida ya es futuro… y sueña con todas las manuelas que ha sido: irrepetibles y únicas, y se gusta también ahora y por eso os lo está diciendo para que os améis, mujeres, más allá de modas y artificios, más allá de calendarios y carnés de identidad.
¿Os animáis a buscar a Manuela?

Este relato no llegó a ser finalista en el certamen Radio Almenara


No hay comentarios: