sábado, 3 de julio de 2010
¿ Quién fue Henry Miller?
Escritor norteamericano (Nueva York, 1891 - Los Ángeles, 1980). Henry Miller es sin duda uno de los talentos más destacados de la literatura norteamericana contemporánea y el paradigma del disidente y anarquista pacífico de su tiempo. Toda su obra es autobiográfica y vivencial; de ahí lo profundo de sus convicciones, expresadas en su entrega a la literatura como camino personal irrenunciable. En 1934 publica Trópico de Cáncer, obra que será editada simultáneamente en inglés y francés. Los conflictos con la censura mantendrán esta obra inédita en Norteamérica hasta 1961; en esta época, Miller será ungido maestro de la proclamada revolución sexual del momento, pues trataba sin tapujos las situaciones de sexo explícito y mostraba una corrosiva ironía al referirse a los supuestos valores del puritanismo, ya sea en su versión francesa o norteamericana.
En ambas obras hay la misma ausencia de estructura, el mismo caos verbal, abierta utilización de monólogo interior, ruptura de ritmos, utilización de flashback, extensas catalogaciones a lo Whitman y sobre todo abundantes metáforas e imágenes de raigambre surrealista.
Fue un personaje absolutamente contradictorio, un místico conocido por sus escritos sexuales, un romántico que pretendía ser un libertino, un sexista vistoriano chapado a la antigua que, sin embargo, podía ser tremendamente solícito y cariñoso con las mujeres, un hombre tachado de antisemita que amaba y admiraba a los judíos, ajeno a los prejuicios y al dogmatismo político, sobre todo, cultivó lo que el poeta Karl Shapiro denominaba “ literatura de la sabiduría”. Si nos resulta defícil clasificar las “ novelas” de Miller y las infravaloramos, es porque las juzgamos bajo el prisma de alguna regla no escrita que establece lo que constiyuye una “ novela bien costruida”. Y sus novelas carecen de estructura. De hecho, son novelas subidas de tono, carentes de disciplina y salvajes. Pero llenas de sabiduría y tienen esa “Eterna frescura” que Ezra Pound definía como la marca de un auténtico clásico.
El sexo en H. Miller
¿ Qué significaba el sexo para Miller y porqué estaba dispuesto a arriesgarlo todo para describirlo tan vívidamente en sus libros?
Al decidir ser explícito a cualquier precio, Miller se alinea con unos pocos: D.H. Lawrence, Joyce, William Burroughs…¿Porqué pensaba que era tan fundamental en los seres humanos?
Miller da una respuesta clara en “ El mundo del sexo”
“A veces, registrar un acto sexual pura y simplemente es algo trascendental. A veces lo sexual se convierte en un muro palpitante lleno de colores como los que vemos en los templos indios. A veces es un fresco escondido en una cueva sagrada donde podemos sentarnos y contemplar las cosas del espíritu. No me prohibo a mí mismo nada dentro del terreno del sexo. Es un fuego frío que arde dentro de nosotros como un sol. Nunca está muerto, aunque el sol pueda llegar a convertirse en luna. No hay nada muerto en el universo: es nuestra forma de pensar la que mata.”
En su libro Sexus, perteneciente a la trilogía de la Crucifixión rosa, hay reflexiones abundantes para ser comentadas:
Sobre el amor:
“Cuando el hombre empiece a permitirse expresión plena, cuando pueda expresarse sin miedo al ridículo, el ostracismo o la presecución, lo primero que hará será soltar su amor a borbotones. En la historia del amor humano todavía estamos en el primer capítulo. ¿ Acaso tenemos más de una docena de héroes y heroinas del amor para mostrar como ejemplos? Dudo de que tengamos incluso tantos amantes como santos ilustres. Tenemoseruditos en abundancia, y reyes y emperadores, y estadistas y militares, y artistas en profusión, e inventores, descubridores, exploradores…pero ¿dónde están los grandes amantes?
Abelardo y Eloisa, o Antonio y Cleopatra, o la historia del Taj Majal, Tristán e Isolda…¡qué poderoso hechizo ejerce todavía sobre el mundo moderno esa leyenda! En el paisaje de los amores novelescos destaca como el pico nevado del Fujiyama.”
Sobre el hecho de ser
…, a pesar de todas las pruebas exteriores de que estamos estrechamente unidos, vinculados, de ser amistosos, joviales, serviciales, comprensivos, casi fraternales, somos un pueblo solitario, un rebaño morboso y enloquecido que se agita de un lado para otro presa de un frenesí fantástico, intentando olvidar que no somos lo que pensamos ser, que no estamos unidos de verdad…
…De vez en cuando alguien despierta de repente, se despega de la absurda goma en que estamos pegados -el galimatías que llamamos vida cotidiana y que no es la vida, sino una suspensión como de trance sobre la gran corriente de la vida- y esa persona que, por no estar de acuerdo con la pauta general, parece completamente loca, se ve investida de poderes extraños, descubre que puede separar a miles y miles del rebaño, cortarles las amarras, ponerlos de cabeza, colmarlos de gozo, o locura, que cambién de carácter,de fisionomía, de alma incluso…
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