domingo, 9 de mayo de 2010

EL CINE EN CASA



Sí, tengo el cine en casa. El director del documental sobre la obra de pintura y escultura de Enrique Bodero, es mi hijo Alberto.
Todo el atrettzo, el travelling, la iluminación, el decorado..., y demás elementos que se necesitan para un video que dura entre 3 y 4 minutos, lo han hecho ellos. LLevamos dos días de rodaje. Han surgido problemas a lo largo del mismo: Pequeños saltos de la cámara a lo largo de las vías del travelling (quebraderos de cabeza hasta descubrir que se debían a unas gotitas secas de la pintura, así es de sensible), demasiada iluminación, otras poca, brillo en los telones de fondo; hubo que desmontar varias veces la plataforma donde va sentado el cámara... (ahora comprendo la dificultades que tiene un rodaje). Ya solucionados estos contratiempos, se disponen a rodar ¡CAMARA, ACCIÓN, SE RUEDAAAAA!
Después vendrá el trabajo de edición y montaje, la música, los textos, créditos...Mi participación consiste en un poema basado en la escultura y pintura, objeto de la próxima exposición de mi marido.
¿Que porqué os cuento todo esto...? porque es apasionante la creatividad, porque estoy disfrutando un montón, y quería compartirlo con vosotros ( mis lectores).
¡Qué sería la vida sin arte!

Poema (Lola Buendía)

Primero fueron los campos incendiados
Naranjas, dorados, campos castellanos,
Juventud segada con guadañas bruñidas al sol.

Viró la luz y hubo fuego en las montañas
Rojos, malvas, de cielos teñidos de ocaso,
Después, la mano del pintor quedose quieta.

Persistió el poeta en su intento
De trasladar al lienzo su verbo
Rectángulo níveo, mudo lenguaje.

Pinceles secos ha tiempo olvidados
Paleta impaciente de color acumulado
Los sueños se mueren… de no ser.

Un osado violeta
Abre un surco en lo negro.
Las manos despiertan
El lienzo vuelve a la vida.

Pintor y pintura sellaron destinos
Agotados por años de olvido
Y desencuentros.

2 comentarios:

Chu dijo...

¡Ayyyyyyyyyyyyyy, con lo que me gustan esos follones! ¡Qué bien lo estaréis pasando, qué envidia! Yo quiero participar en esas movidas, ¡me encantan!
Tu poema también me gusta, me imagino al pintor sólo, frente al lienzo y me entran ganas de sufrir yo también, de coger los pinceles y ligarme al lienzo. Oye, ¿lo de Enrique es contagioso? Que peligro...

El desván de la memoria dijo...

¡¡Ánimo!!
Es mucho el esfuerzo, y mucha también la recompensa cuando se resuelven las dificultades y el trabajo se acaba como estaba proyectado.
Un abrazo,
Ramón